miércoles, 18 de agosto de 2010

El prólogo de la “Propedéutica a la Filosofía de Mauricio Beuchot.”


propedeutica

Por Jesús M. Herrera A.
“Propedéutica a la Filosofía de Mauricio Beuchot”, es el título de la obra de Guillermo Hernández Flores, (BUAP, Puebla: 2010).
Se trata de una obra tan necesaria como esperada por quienes estamos comprometidos en dar a conocer el trabajo de Mauricio Beuchot, y participando con la escuela y movimiento intelectual (ya que no es sólo filosófico), de la hermenéutica analógica.
Comentemos ahora el prólogo de la obra, mismo que le debemos a Guillermo Hurtado Pérez, Director del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM.
Hurtado dice que Beuchot es “el filósofo mexicano de su generación con mayor renombre nacional e internacional”.  Esta aseveración inmediatamente me hizo recordar que para Laura Benitez, Beuchot es el “monstruo de la producción filosófica”, lo cual ha sido citado por el Dr. José Benigno Zilli Manica, cuando nos habla de “El caso de Mauricio Beuchot Puente”, en su sitio: http://jbzilli3.blogspot.com/2009/09/el-caso-de-mauricio-beuchot-puente.html
Entonces Hurtado en su afirmación delimita el asunto, en orden a dejarnos ver cuál es el lugar que justamente ocupa Beuchot en el ámbito de la filosofía iberoamericana, ya que el prologuista de la obra destaca a Beuchot como el más importante de entre su “generación”.
Es que con Beuchot tenemos a un filósofo completo precisamente por su producción no sólo en cantidad, sino en calidad; es que independientemente de que se esté o no de acuerdo con la propuesta de Mauricio Beuchot, no se puede negar el trabajo serio y profundo que evidencia cada párrafo de sus escritos.  Y al respecto sigue diciendo Hurtado en su prólogo:
Tal es la cantidad de sus publicaciones [de Beuchot] en editoriales y revistas del mundo entero, que resulta extraordinariamente difícil en la actualidad –incluso para los especialistas mejor entrenados- conocer en detalle la obra filosófica completa de Beuchot.
Mauricio Beuchot es un filósofo caracterizado por su empeño en la erudición, y dando ejemplo de constructor y descubridor de la analogía, sabe entregar una enseñanza siempre moderada, sin pretensiones estériles.
De manera que siguiendo a Ana Castaña, en su reseña: sobre Walter Redmond y Mauricio Beuchot, La teoría de la argumentación en el México Colonial (UNAM, Añejos de Novohispania, 1995, pp. 310-313), resulta que Beuchot en este momento es ya una “referencia obligada” en la Filosofía iberoamericana, y muy particularmente en materia de Filosofía en México y en Filosofía latinoamericana.
Por otro lado, Hurtado dice que la obra que nos ofrece Hernández Flores, implica, justo por la dimensión del autor que aquí se trata y se nos presenta, “un ejercicio muy meticuloso y sólido de historiografía de la filosofía ya que no sólo nos ofrece una visión panorámica y a la vez detallada de la obra de Beuchot, sino que la ubica en el contexto de la filosofía mexicana de los últimos cincuenta años (…) El paisaje que nos pinta alrededor de la figura de Beuchot es, por sí solo, una contribución a la historia de la filosofía en México”.
Vaya que una de las conclusiones a las que llego, después de haber leído completamente la obra, es que Guillermo Hernández Flores nos entrega una historiografía muy original de 50 años de vida filosófica en México; por eso, de acuerdo con Hurtado, Hernández contribuye de una manera original, entregándonos un mapa muy completo de lo que ha sido ese México filosófico, dialectizándose  entre los “transterrados” y los filósofos mexicanos que iban a Europa y regresaban para actualizarnos en torno a la filosofía que allá iba cultivándose, y así, poco a poco: mencionando nombres como Caso, Vasconcelos, Ramos, Zea y otros, hasta llegar a la figura de Beuchot.