Publicado en El Mexicano: LUNES 12 DE JULIO DE 2010 / TIJUANA, B.C., p. 10A
Por Jesús M. Herrera A.
Una filosofía nuestra, que en estos momentos ya tiene un lenguaje a partir de su misma cultura hispana es la del Personalismo comunitario, si bien esta oferta intelectual implica interpretación, pues no requiere de traducciones naturalmente difíciles, como es la filosofía alemana y en general la anglosajona, para que sean aprovechables en nuestra cultura y lenguaje latinos.
La filosofía personalista, pues, es muy de Iberoamérica; aunque también la haya francesa e incluso con representantes italianos (que tienen unión latina con Iberoamérica); y no puedo de dejar de mencionar que en el personalismo también hay representantes alemanes, lituanos, polacos y judíos, y de diversas latitudes con culturas no latinas. Expongo y les propongo, ahora, el cultivo del personalismo hispano, a veces será ineludible la mención de personalistas no latinos.
El líder español de este personalismo es Carlos Díaz, quien nos dice que una filosofía personalista es aquella en la que en el centro del discurso y el pensamiento esté la persona, se trata de una filosofía y educación que se comienza a tejer desde la persona, y más explícitamente atendiendo al cuidado y respeto absoluto de la dignidad de la persona, entendiéndola a ella como fin en sí mismo, nunca como medio.
Ya con lo anterior he dicho cosas íntimas (de hecho lo más íntimo de él es su dignidad) del ser humano entendido como persona; es que no siempre se comprende como persona al ser humano, y ya la indiferencia por la comprensión de la persona es grave, y distinguir al ser humano como persona es urgente.
Es que se ha hecho habitual el atender al ser humano con títulos, por ejemplo, de licenciado, o ingeniero; se dice el licenciado fulano, el doctor sutano, si alguien no posee un título de esos, parece que no tiene reconocimiento humanamente digno; también está la opción de un título no profesional, sino técnico, ser carpintero, plomero, mecánico, etc.
Y una cosa francamente grave [sin satanizar, lo cual es inútil, pero es un fenómeno que hay que atender] es ver cómo entre los jóvenes todos son güeyes o weyes, ya no sólo los varones, sino también las mujeres; y en estas pseudorelaciones juveniles parece que lo más paradigmático del joven de hoy es que sea narcisista, siempre junto a los demás, pero sin relacionarse, pues para que haya comunicación y relación hace falta tener léxico, lo cual es lo más carente entre los jóvenes; ya desde antiguo (pienso en la filosofía griega clásica) la formación del joven había querido ser precisamente moral, para que sea capaz de un atento reconocimiento del otro como prójimo, haciendo comunidad, esto, me parece, hay que recuperarlo.
Se quiere ver lo humano a través del título, aunque sea el de güey/wey; y aplicando esto a la educación, pues resulta que, si bien nos va, pues educamos para que se alcance a tener un título, de manera que las instituciones académicas han sido muy buenas para repartir/vender títulos a diestra y siniestra, aunque luego el ejercicio profesional o técnico no rinda en términos de responsabilidad, cosa que se acentúa en México, país representado por esa caricatura de un gordo con jorongo, flojo y el borracho.
Claro que en la cultura en que se vive, parece que es más digno ser güey/wey, eso lo atestiguan líderes de programas que son muy buenos presentando como si fuera “Otro rollo”, algo que “Está cañón”, programas que, a mi ver, proponen e imponen al eterno adolescente, que tiene como una gran distinción el ser güey/wey.
Entonces es muy importante una educación personalista, que se piense o estructure a partir de la condición personal del ser humano; y decíamos que se haga radicalizando el respeto absoluto de su dignidad, comprendiéndolo y forjándolo como sujeto libre y responsable.
La responsabilidad humana es un valor por el cual aprendemos de nuestra falta de experiencia, seguimos caminando no obstante nuestros errores, pues siempre algo hay que hacer para reparar lo que mal se haya hecho, sea o no intencionado, lo que nos ayuda es, pues, la responsabilidad por las consecuencias de nuestros actos.
Juan Manuel Burgos es uno de los exponentes más completos de esta escuela de pensamiento que aquí promovemos, es muy recomendable ver de la colección Biblioteca Palabra (n. 14), el título El Personalismo (segunda edición de 2003, es la que sigo).
Burgos nos deja clara una expectativa, que “El personalismo no entiende la filosofía como una mera tarea académica –lo cual no quiere decir que ésta no tenga su [propia] importancia–, sino como un medio de interacción –intelectual– con la realidad. Se hace filosofía para resolver –para intentar resolver–, desde la perspectiva propia del pensamiento, los problemas que afectan a la sociedad”.
Sacar la filosofía de los ámbitos propios de su cultivo profesional (o por lo menos de las aulas de clase), para acercarla a la gente, tal vez quepa el término popularizarla, es una intención fundamental de la labor de los personalistas.
Se tiene, dicho lo anterior, el ideal de hacer culto al pueblo a través de la filosofía; en un mundo teocéntrico esto lo traía la Iglesia, y lamentablemente hoy son pocos los líderes religiosos que rinden para acercar la cultura desde la praxis religiosa; ahora, en un mundo ya no teocéntrico, sino incluso demasiado laicizado, llama la atención la presencia omnímoda de la psicología: es que el líder religioso antes cumplía con una función de orientador psicológico, pero hoy se llega a ver a psicólogos que cumplen una función religiosa, incluso de orientadores morales, y en medio de este embrollo, el acercamiento de la cultura y erudición no es evidente.
De manera que así es como aplico esta urgencia de hablar de filosofía más allá de donde míticamente se le tiene en el común denominador, lo cual implica una actitud apostólica, de acercamiento a la gente, de estar con la gente; de dinamizar no con verborrea, sino que se haga a través de la dinámica de la convivencia; ya de suyo, el personalismo tiene un apellido que alude a lo esencial de la persona, se llama Personalismo comunitario, es que se es persona en la medida en que se es capaz de relación, de interdependencia, y un personalista que nos ayuda a comprender la radicalidad de esta cuestión es Levinas, porque él es quien habla de la responsabilidad del otro, aun antes de conocerlo.
Se trata, en este elemento esencial del personalismo, que implica el estar con los otros, de acompañar transformando la realidad, sobre todo esa realidad de opresión: en este sentido el personalismo más que filosofía emancipadora, es de liberación: enseña a la persona a ser auténticamente libre, tanto cuanto es responsable.
Ya la cita de Burgos habla de darle resolución a los problemas, se trata de los asuntos existenciales; de ir a la transformación de la sociedad comenzando por la preocupación existencial de la persona, la transformación de ella ha de tener como signo la solidaridad: pues requerimos de la solidaridad para que funja como motor de la sociedad, esto es lo que nos hará revolucionarla, y no la toma de las armas que tanto han promovido muchas ideologías emancipacionistas.
10 comentarios:
Que importante esta mision de crear conciencia de lo devaluado que esta el termino persona, y de la importancia que tiene para nosotros como sociedad volver a la dignidad de la persona para encontrar respuesta a las vanidades con la que nos vamos encontrando. Decir wey, es como negar la maravilla y la profundidad que existe en cada hombre, (hablando como genero. "Adolescencia Eterna" que buen termino, ahora entiendo mas la Politica, o a quienes juegan a gobernar cuidades!! Que fortuna la mia de leerlo, y recordar sus clases.. amicus platos, sed magis amica Herrera!!
Gracias por tu comentario MIGUEL, y sí, no se debe dejar a la deriva y ni mucho menos, lo más fundamental, que es ser personas, lo cual especifica más que ser humano. Gracias por tu comentario.
Roberto:
Pienso que en el campo de la conciencia colectiva podemos hacer mucho trabajo y dar luces para que las personas puedan aplicar este tipo de filosofia a sus vidas y así de nuevo se vea reflejada en la comunidad. Es por eso la urgencia de aterrizar esta educacion principalmente en los jovenes, que no ven la vocacion (o profesion) como servicio sino fin de sus vidas, pareciera ser que el mayor exito de una persona es obtener el mayor numero de titulos posible, principalmente en lo economico y social. Entender que antes de ser contador, administrador, ingeniero, abogado, barrendero, etc. eres persona. Esto nos llevaría necesariamente a la solidaridad al reconocer en el otro la misma dignidad independientemente del accesorio que acompane al nombre. Sin embargo, es claro que el interes y lo que propone la sociedad es seguir educando para el que-hacer y/o lo que deberias ser, antes que para el ser y/o lo que eres, y ha sido haceptado porque es atrayente y satisface el ego-ismo. Ahora cómo podemos proponer una filosofia personalista igualmente atrayente y desde luego eficiente, (o como ud dice: "que rinda") no solo para la juventud sino para la sociedad, que descubra y valore la dignidad de un solo ser humano entre tantos millones?
Estimado ROBERTO, gracias por el tiempo dedicado a mi texto.
Comencé intentando hacer ver un personalismo de raigambre latino, pues el francés y el hispano son los que han cuajado una institución personalista, v. gr., el Instituto Emmanuel Mounier y Editoriales como Sprit y la Colección Persona (entre otras), esto es muestra del paso del pensar (filosofía) al actuar (institucional), y este paso los representantes del Personalismo Comunitario lo toman como algo esencial de su movimiento.
Pues bien, ese paso hay que darlo como filósofos acá en México, hacer comunidad con ideales comunes: persona y sociedad, dignidad humana y solidaridad; hasta que terminen en una institución de servicio a la comunidad, que provea textos y diversos modos de material instructivo substancialmente: películas, podcasts, videos, gacetas, revistas, etc.
Te saludo antes que nada, mi buen.
Me he dado la tarea de leer sus publicaciones, bastante memorables para llevarlas a los circulos docentes. Aun sigo la idea de presentar tu libro en centros educativos pero me interesa preparar mas la presentación ante los directivos, ya vez como se las gastan.
Al menos es por donde veo que la labor de popularizar la filosofia tiene un inicio. Matthai tenia un programa que me llamó la atención, llevar la filoaofia o temas de filosofia a las fábricas. De alguien lo escuché pero no se mas, pero si me interesa el ¿como? llegó a lograr un espacio para impartir ls temas de filosofia.
En fin por aca estaremos comentando tus columnas, saludos.
Antes que nada saludos, mi buen.
Interesante lo del personalismo y popularización de la filosofia.
Estimado ESPIGAS, quién eres: ¿Felipe Contreras????
Gracias por el comentario y más por la atención a mi columna.
Andamos tratando de cuajar un café filosófico que sea ese tan buscado "cómo".
Si, soy Felipe Contreras B. Si ya antes habia registrado Espigas en una materia de Eliot en Noologica. para este Blogger ¿tienes algo digitalizado de Juan Manuel Burgos?
Estimado Jesus:
Su columna me parece muy interesante y clara.
He visto algunos intentos muy serios de unir o buscar convergencias entre la psicoterapia humanista o existencial y el personalismo del que habla en su texto.
Es un camino joven y que necesita mucho trabajo, pero hay gente trabajando en eso. En este momento recuerdo a Xose Manuel Dominguez Prieto y a Patricia Casimiro Cuevas, ambos asociados al Instituto Mounier en España.
Bueno, le mando un saludo afectuoso y felicitaciones por su labor de difundir el personalismo comunitario.
Javier Armenta
Estimado Javier Armenta, gracias por la atención a mi columna; todo lo concerniente a la psicología, y según veo, al psicoanálisis, es el modo contemporáneo de fijarnos de manera más acertada a la condición humana.
Como bien dices, hay muchos que ya se ocupan de ello, pero falta mucho terreno qué caminar.
Te mando un saludo.
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