lunes, 1 de febrero de 2010

Del uso de la tecnología en la educación


Por Jesús M. Herrera A.
Publicado en Diario El Mexicano: TIJUANA, B.C. / LUNES 1 DE FEBRERO DE 2010 / 21A
Se ha hablado de analfabetismo funcional, que es un fenómeno que se da cuando alguien con por lo menos bachillerato terminado, no sabe leer, y tiene una ortografía pésima; pues bien, ahora también se está escuchando hablar de un nuevo fenómeno en el marco de la educación: es el analfabetismo informático, que, me parece, es hijo del analfabetismo funcional.
Estos tipos de analfabetismo son el paradigma de una educación que se confunde con escolarización, se quiere que estar educado sea sinónimo de estar escolarizado.  Y para el Estado lo importante es tener estadísticas de gente escolarizada, aunque no esté educada.
Y es que a fin de cuentas, son analfabetismos que se dan como consecuencia de pasar de noche por la escuela; uno cuando da clases en el último semestre de bachillerato siempre tiene en frente a alguien, si no es que algunos en un solo grupo, que no es claro por qué ya van a iniciar sus estudios de licenciatura, pero bueno, así es como muchos no sólo están llegando, sino que también están egresando de la universidad en México.
El analfabeta informático, pues, primero lo fue funcional, es lo más seguro que esté ocurriendo; y bueno, ya sea sólo analfabeta funcional, o analfabeta informático, casi siempre está escolarizado: tiene certificados de primaria, secundaria y bachillerato, y cada vez son más los que tienen además de los certificados, un título de licenciatura.
Pero específicamente el analfabeta informático es el que se pasa largas jornadas en una computadora, jugando, o chateando, pero no sabe investigar y ni procesar información, mucho menos tiene medios para distinguir la validez de una y otra fuente referente a un mismo tópico.
Están reportando noticias en torno a que este analfabeta informático, que apasionadamente usa de los medios informáticos, decide ingresar a las licenciaturas donde se hará todo un profesional de la informática y/o de las computadoras, y no persevera en los estudios de estas disciplinas, a nivel licenciatura, cuando se da cuenta que tendrá que estudiar matemáticas.
Lo cual supone que el reto de aprender a pensar y ordenar ideas, de la índole que sea, es una actividad auténticamente humana, es decir, filosófica, que nos exige quitarle esa apreciación mágica que de pronto le damos a la máquina, y más marcada resulta la apreciación mágica a esa máquina llamada computadora u ordenador.
Así que es importante el aprender a leer, a pensar y a escribir.  Claro que ya hay que hacerlo ahora, desde esa biblioteca, aula, oficina, empresa y tal vez hasta hogar, cualquiera de estos ahora ya de tipo virtual, a las que se accede a través de esa puerta que se llama computadora.  Y no resulta de más advertir, que para nosotros, los humanistas, el libro impreso siempre nos será significativo el tocarlo y olerlo.
Que no se pierda, pues, el cuidado de hacer pensar, de poner a leer y de que mínimamente se practique la escritura.  Y es que si no se lee no hay nada qué decir, y tenemos que seguir conformándonos con la opinión subjetivista, cuando bien nos vaya, porque es común ver y tener que enfrentarnos, como docentes, a una apatía que no permite pronunciar palabra alguna.
Y de la escritura, decía que un mínimo, el suficiente como para que se haga efectivo eso de que “nadie puede estar seguro de saber algo, hasta que no lo ponga por escrito”.  Y también decorosamente escrito en, y desde, una computadora o lo análogo a ella como es el celular y otros instrumentos a los que cada vez más se les adjudica un uso computacional.
Y como aquí me refiero a la escritura, me parece pertinente la siguiente observación en torno al problema de los códigos con los que ahora se chatea y se envían mensajes a través de un celular; pues resulta que se oye en reuniones de docentes, el que tal vez se tengan que dar cursos para que los profesores aprendan las abreviaturas esas que están en uso.  Esperemos que eso no sea necesario en aras de una interactuación equivocista con los adolescentes.
Una cosa que es segura, es que la ortografía y la gramática son importantes y necesarias para la buena comunicación; y que ese vocabulario conformado de una lista ya definida de abreviaturas, se cierra a la consecución de un léxico cada vez más amplio, que urge en una persona que ha de alcanzar un mínimo de cultura, porque luego es ridículo, pero real, que la institución le pida a determinado catedrático (en un nivel universitario mexicano) que baje su nivel de lenguaje porque los alumnos no le entienden.
Cuando algo no se dice, hoy día, a través de los medios informáticos, no tiene significado, o si se dice desde un medio pre-informático, por ese hecho, resulta de menos significación.
Ya suena como anacrónico (y lo es) el satanizar los matrimonios que se dan entre parejas que se conocieron por internet, esto de comenzar relaciones de pareja mediante Internet ya es común; y es que en el fondo hay una significación sui generis: pues está resultando cada vez más emocionante comenzar así las nuevas familias, incluso están resultando de esto familias estables, y no sólo idilios que a los ojos de muchos no son moralmente bien vistos.
Y bueno, tómese esto último como un paradigma de lo emocionante que resulta el uso de la tecnología, sobre todo de la informática, para fines educativos, que es el que aquí atendemos.
La relación del hombre y la máquina hay que retomarla en el sentido de que sea gracias a la tecnología como se puedan ampliar las oportunidades de trabajo, sería por lo menos un ideal para tener presente y que poco a poco vaya construyéndose y descubriéndose; esto será tomar un distanciamiento cada vez más fuerte del viejo problema del desplazo del hombre por la máquina.
Una recomendación que me parece más que conveniente, es, sobre todo, urgente:  Que los educadores, tanto los docente en la escuela, como los padres de familia en el hogar, usen con los alumnos y los hijos los medios informáticos, ya que es lamentable la cerrazón que se deja ver en muchos educadores.
Incluso hay quien pronostica que tiene que acabarse la generación de humanos reacios al uso de la tecnología informática para superar la cerrazón de ellos, tal vez esto sea cierto; mas aquí el problema es que los hijos y alumnos ya nacieron con la tecnología como algo cotidiano, mientras que los de la generación de quien esto escribe, hemos visto nacer y evolucionar a las computadoras.
Y bueno, una cosa también me parece clara, que los educadores no podemos tener un juicio más o menos realista y sensato del uso de la tecnología en la educación, si uno no la usa de manera suficientemente fluida.  Además, urge que los padres de familia no tengan ningún problema con el uso de internet, para cuidar de las relaciones de sus menores de edad con posible gente peligrosa.
A mí me parece que el educador, ya sea de la casa, o ya sea de la escuela, resulta extraño a los ojos del alumno o del hijo, cuando no se es capaz de interactuar a través de lo que hoy ya es el único canal de comunicación, o por lo menos el más válido: el internet, que funciona como el alma del software para chatear; o como el principio vital de las distintas páginas de redes sociales; o como esa psijé que potencia el correo electrónico.

2 comentarios:

Tabbo dijo...

"Los humanistas, el libro impreso siempre nos será significativo el tocarlo y olerlo."
Ciertamente maestro, da pena el que se le de ese uso tan banal a los medios electronicos, redes sociales, etc,y por lo cual a veces los padres y maestros tienden a satanizar esta herramienta tan importante...Saludos, excelente post...

Jesús dijo...

GUSTAVO: muchas gracias por el comentario y tu observación, un saludo.